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Mostrando entradas de mayo, 2016

Querido Galileo

Querido Galileo, Estas líneas son para darte la enhorabuena por tu rehabilitación 360 años después de que te condenaran ignominiosamente. No te condenaron por dañar a nadie ni por cometer un delito, sino por defender una concepción de nuestro sistema solar que, en la época, parecía ir contra los prejuicios y dogmas dominantes, celosamente defendidos por la Iglesia. Te gustará saber que esa concepción tuya es hoy aceptada universalmente y hasta enseñada en las escuelas. Me resisto a desearte que te encuentres bien al recibo de la presente, como se solía decir en las cartas de antaño, porque supongo que la amargura con que abandonaste este mundo no se borra tan fácilmente. Y menos con una simple rectificación que, de tan tardía, te provocará, todo lo más, una triste sonrisa. Reconocer lo que es evidente, admitido por todo el mundo y comprobado hasta la náusea no es un gran mérito ni puede contrarrestar todo el mal que se hizo cuando se podía hacer. Seguir hoy manteniendo la intolerancia

POR SU BIEN... ¡LEAN POESÍA!

C Ó MO SE LEE UN LIBRO JOSEPH BRODSKY Este texto se basa en la conferencia que tuvo lugar en la apertura de la primera Feria del Libro de Tur í n. En é l el Nobel Joseph Brodsky hace un curioso an á lisis de qu é m é todo seguir en la hora de decidirnos a leer un libro. La novela sale perdiendo, en detrimento de la poes í a, pero los argumentos que esgrime para defender esa postura son de un evidente valor literario. En general, los libros son, desde luego, menos finitos que nosotros. Incluso los peores entre ellos sobre viven a sus autores, principalmente porque ocupan un espacio físico menor que aquéllos que los escribieron. Están a menudo en las estanterías, acumulando polvo mucho después de que el escritor mismo se haya convertido en un puñado de polvo rientas cenizas. Sin embargo, inclu so esta forma de futuro es mejor que la memoria de unos cuantos fa miliares o amigos, memoria en la que uno no puede confiar, y a me nudo es precisamente el apetito de esta dimensión póstu

CLAVELES AL ATARDECER

Todavía recuerdo como si fuera una sonrisa efímera, el día en el que todo empezó. No percibía la diferencia, no notaba lo fútil de la ocasión. Claveles al atardecer me dijiste, rosas conscientes de la fugacidad, prados repletos de soledad. Cuando pasó lo supe, señales en el cielo dormían, expectantes del fragor irreverente. Dudé no lo niego, viví no lo siento. La luz entra por los resquicios del mañana olvidado. Azaleas vigilantes, laureles taciturnos. Anochece, ¿Quién lo sabe? No es cierto, no está ahí. Buscar la paz no es sencillo. Ayúdame a salir. Nunca lo sabes, la preparación es etérea. Sólo retazos de lo inmemorial quedan ya. Cuánto podría haber pasado, lamentarse poco más. Cuán difícil es conceder respiros. Deja que pase, deja que lo sienta. Morir en la inmortalidad latente, saltar en la fugacidad pronunciada. Fachadas inmaculadas. ¿Que escribes? -dijo la voz -. El momento no es tangible. Claveles al atardecer. Detalles que pasan desapercibidos. Adiós. Bienvenido.

CUARTO MOVIMIENTO

Escena 1 (Fondo negro, sale el siguiente poema: - ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tu me lo preguntas? Poesía... eres tú. Gustavo Adolfo Bécquer           (Rima XXI- Rimas) Aparece una playa, la cámara gira y vemos a Naila. Está caminando por la arena, corte, aparece Valentina que también está caminando por la arena, corte. Naila y Valentina están una delante de la otra. Naila acaricia el rostro de Valentina de forma melancólica, se abrazan, se distancian un poco. Valentina le da la espalda a Naila. Naila toca el hombro de Valentina. Valentina mira a Naila durante 7 segundos, corte. Imágenes del mar, la arena y árboles. Mientras se visualizan estas imágenes escuchamos las siguientes narraciones.) Naila (Voz en off): Somos esclavos. Todos los seres humanos quieren ser libres. Pero no lo son, mientras tengamos sentimientos dependeremos de una fuerza mayor. Naturaleza, universo, dios, llámala como quieras, no seremos libres. Valentin