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Mostrando entradas de febrero, 2019

HISTORIAS DE UN MARINO

Era el último año de este viaje miserable. Teníamos hambre, sed, veíamos cosas, yo ya me sentía en las últimas. Pero de vez en cuando  pasaban cosas de vida o muerte que nos daban un ataque de adrenalina, que me daba otra vez ganas de vivir y volver con mi familia y, principalmente honrar y hacer historia por mi país. Es sobre uno de estos sucesos sobre lo que voy a hablar. Era invierno, ya habíamos perdido a un sesenta por ciento de la tripulación, pasamos de cinco naos a dos naos, lo peor era que habíamos perdido el capitán que hasta ahora nos había guiado siempre. La tripulación restante, éramos unos cuarenta, estaba muy depresiva y ya creían que todo se había acabado, pero el viaje después de la muerte del capitán fue tranquilo durante bastante tiempo, sin embargo eso no hacía que los marinos se alegraran, porque habían perdido la esperanza, y quizás con razón. Todos sabíamos que podría pasar algo, estábamos pasando por caminos estrechos entre isla e isla en las que habian mucha

La Isla de la Salvación

20 de noviembre de 1520 Mañana saldremos del puerto rumbo a Asia, todos estamos listos para este viaje que durará bastante tiempo. Aun así, llevamos los recursos necesarios, comida y agua, para aguantar todo ese tiempo. Todos mis compañeros han aprovechado la ocasión, ahora que estamos en tierra, y han enviado cartas a sus familias. Yo en cambio, decidí embarcarme en este  viaje principalmente por no tener a nadie. Esa es la forma más fácil de hacer algo, no tener nada que te obligue a seguir luchando, tenerte sólo a ti mismo. Por eso no me preocupa esta travesía, ni tampoco ninguna otra.        14 de enero de 1521 Nuestra situación va de mal en peor. No quedamos ni la mitad de la tripulación con la que habíamos empezado el viaje en Sevilla y la ilusión que teníamos todos por emprender esta aventura se nos acabó a los pocos meses de embarcar, principalmente cuando nos dimos cuenta de la duración del viaje desde el estrecho de Todos los Santos hasta algún punto en el Océano Pacífico.

Valientes Marineros

Mi hermano David fue uno de esos doscientos treinta hombres que partieron desde Sevilla, el año 1519 sin saber si algun dia los volveríamos a ver. Esa misma mañana mi madre, Mª Antonia Fernández le preparó el desayuno como siempre solía hacer. Primero le servía el café caliente con dos cucharadas de azúcar, y luego las dos tostadas con mermelada de tomate, tal cual le gustaba a mi hermano pequeño. Me acuerdo mucho de su cara justo antes de entrar en el barco. Pálido como siempre, pero ese día estaba más que lo normal... estaba nervioso y se notaba. Llevaba en su mano izquierda una bolsa con ropa y lo esencial para su aseo, y en la derecha una bolsa grande con comida conservada en sal, por si pasara algo malo. Allí estábamos en el puerto, mi padre, mi madre y yo, su hermano mayor. Terminados los ocasionales lloriqueos y sollozos, el barco marchó con sus doscientos marineros, que al mismo tiempo en que despedían y reían, sabían que  tenían su futuro incierto. Pasaron meses y meses sin sa

UN VIAJE PARA SER OLVIDADO

El día 20 de septiembre de 1519, Magallanes y yo empezamos nuestro objetivo que teníamos, que era conseguir hacer la primera vuelta al mundo. Nunca nadie había dado una vuelta al mundo por  mar. Cuando empezamos el viaje, en Sanlúcar de Barrameda, empezamos con cinco naves, en que éramos doscientos treinta y nueve  tripulantes. El día 29 de noviembre, llegamos a la Bahía de Santa Lucía, en Río de Janeiro. Nosotros nos quedamos en esa Bahía durante algunos días, para descansar. Pasado dos meses, el día 12 de enero de 1520, llegamos a nuestro segundo destino, el Río de Solís, para descansar y para ver si encontrábamos más comida y más agua. Cuando salíamos, hubo una tempestad  por la que tuvimos que quedar más una semana en el Río de Solís. Y finalmente, pasada casi una semana, pudimos salir de la isla. Después de tantos días en el mar buscando alguna tierra en que pudiésemos quedarnos para descansar, la encontramos, habíamos llegado al Cabo Vírgenes. Todavía estábamos lejos de esa tal i

La llegada a Santa Lucia

Os voy  a contar cuando llegamos a Brasil. Me llamo Juan, tengo 20 años y soy uno de los marineros que está en el barco de Fernando Magalhães. Pasado unos meses finalmente empezamos a encontrar barcos en el mar. En ese momento todos pensaron en dos cosas, menos yo. Ellos pensaron que podríamos estar cerca de tierra o entonces que eran barcos para asaltarnos porque era uno de los sitios más peligrosos de Brasil, pero yo además pensé en mi padre que estaba en otro de los cinco barcos que había. Todos estábamos muy nerviosos por si fuese uno de los barcos piratas que venían a robarnos. Cuando nos acercamos al barco vimos que era un barco de pesca de los que pescaban lejos de las orillas del mar. Yo me quedé más aliviado porque sabía que no iban a robar, entonces mi padre no tendría que luchar y así no habría riesgo de morir-se luchando. El que estaba en la parte de arriba del mástil fue avisado por el capitán para buscar tierra. António era el que estaba arriba del mástil. Él pasó una

A SAN JULIÁN

Se me ocurrió esta idea en un domingo por la tarde. Una vuelta al mundo, la primera vuelta al mundo,¿cómo será llegar a las indias y después volver por Asia?  Estaba decidido, seré el primer hombre en hacer una vuelta completa al mundo. Me reuní con el rey de Portugal, este no se entusiasmó mucho y no me quería dar su aprobación ni me iba a ayudar. No sabía qué hacer, estaba determinado y seguro que sería un éxito este viaje pero él seguía no queriendo ayudarme dándome los recursos necesarios. Me marché, y me dirigí a España para encontrarme con el rey D Carlos I. Después de la reunión salí feliz, había aceptado mi propuesta y me iba a dar cinco naves y ciento cincuenta hombres para mi tripulación. Navegaría junto a Sebastián Elcano, feliz estaba y nadie me sacaría esa felicidad.   Estaba decidida la partida para el 20 de septiembre y no podía esperar más. ***** 30 de marzo de 1520 Empezó como un día normal, me desperté, vestí mi vestido amarillo, ordeñe a las vacas y salí al mercado,

Cómo conocí al amor de vida

A través de esta historia os voy a contar un acontecimiento que ocurrió mientras realizaba la vuelta al mundo junto a mis compañeros. Ante todo me voy a presentarme, mi nombre es Raúl, soy un traductor que decidí unirme a este gran viaje por curiosidad y porque es una forma de expandir mi cultura , conociendo nuevos lugares , gente nueva , y otras culturas. Vengo a contaros ocurrió en las dos primeras semanas de viaje. Estábamos en medio del mar nos dirigimos hacia las islas Canarias , el mar estaba bastante tranquilo y la gente se veía muy tranquila , toda la población se veía bastante alegre , excepto un marinero , no estoy seguro de cómo se llamaba  creo que era Luis , el se veía bastante triste , nadie sabía bien porque , algunas personas decían que echaba de menos a su familia , otros decían que le tenía miedo al mar , otros decían que odiaba andar en   barco , nadie estaba seguro de que le pasaba , pero sin duda muy alegre no estaba. No estábamos muy lejos de las islas asegu

El Diario

He ido a la biblioteca municipal para ver si consigo informarme más sobre el viaje de la primera vuelta al mundo y encontré este diario. 7 de abril de 1521:   Llegamos a Zubu, en el archipiélago de San Lázaro. Aquí, nos quedaremos más tiempo ya que Magallanes ha conseguido una buena relación con el rey de Zubu. Es una isla muy bonita, el clima es diferente al nuestro, es un clima tropical. Hablan en una lengua muy distinta que no entiendo. El capitán Magallanes, habla con el rey de Butuan en una lengua que no entiendo. 27 de abril de 1521:   Estamos intentando avanzar hacia Mactán, que se encuentra cerca de Zubu. Magallanes está obligando al rey de Mactán, el rey Cilapulapu, a pagar los tributos aunque éste se niega. Magallanes no consiguió que el rey le pagase los tributos. 28 de abril de 1521:  Hoy el día ha sido horrible. Nuestro capitán, Fernando de Magallanes, ha muerto. Por la mañana, Magallanes envió un mensajero para hablar con el rey para decirle que debía reconocer al r