Martín, estando un poco taciturno y ansioso, se encuentra sujeto a sus propios pensamientos, en respecto a Roma, sabiendo de antemano que sería un viaje que no se olvidaría jamás, junto con todos los compañeros que compartió los libros, apuntes, hojas, amistades y alegrias durante toda su vida. Como era muy pronto, no se producía ningún tipo de ruido en su casa, dando la impresión al protagonista de ser la única presencia humana en ella.
Una vez en el aeropuerto, Martín se detiene para observar , visualizando con sus ojos, la diversidad de culturas y conocimientos que los extranjeros de todos los rincones del mundo que pasaban delante suyo atesoraban. Por el otro lado, seguía sin tener la capacidad de asimilar que tras los muchos meses hablando sobre Roma, ya estaban todos listos con el equipaje y preparados para el viaje.
El primer día se puede describir como una jornada energética, comenzando con el grupo por salir a toda prisa del hotel sin haber entrado siquiera en los cuartos de cada uno, paseando por las calles y monumentos que reflejan lo que una vez fue una Roma gloriosa y llena de poder sobre la civilización del hombre de aquella época, empezando por el Coliseo, sintiéndose Martín estupefacto ante la belleza y preciosidad de los arcos ovalados, los pilares de mármol y piedra que componían la forma del edificio, y el centro del Coliseo, transmitiéndome las imágenes oníricas de combates y duelos que tuvieron lugar en lo que fue un solo de arena, ahora solo ocupándose de desnudar las habitaciones donde los participantes en los eventos se aposentaban, debajo del mismo.
Durante su estancia y el resto de los días en Roma, estos se basaron en recorridos largos por las calles y avenidas poco lumínicas, integrándose en la sociedad de Italia, adaptándose a sus costumbres, comer y beber del mismo semillero y aprendiendo más sobre su cultura, siendo un retrato transparente en el Fórum Romano, la Basílica De San Pedro, la importancia que la religión católica tuvo a lo largo de los acontecimientos y su belleza interior.Las Catacumbas de Calixto no son una excepción, presentando la entrada furtiva de los pueblos nórdicos que tuvo lugar en la caída del Imperio Romano, por así decir, era un local sombrío y vacío. Por último, la Fontana di Trevi regalaba el toque final que acercaba lo humano y real a lo divino y angelical, por su perfección natural dada a las formas de los personajes y animales construidos y a su increíble edificio detrás de ellos con proporciones y arquitectura de otro mundo.
Este viaje, este trayecto, esta ruta, nos enseñan lo cuan grande y pequeño puede llegar a ser el ser humano, el pasado contra el presente, la sabiduría contra la ignorancia, la espiritualidad de prosperar contra el retroceso de nuestra sociedad actual y la percepción de que somos nosotros mismos que tenemos el control de ese tal llamado “cambio”.
me ha fascinado este texto, me han venido las lagrimas a los ojos al leerlo, increible
ResponderEliminarTexto bien estructurado y muy sentimental.
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