Ir al contenido principal

La llegada a Santa Lucia

Os voy  a contar cuando llegamos a Brasil. Me llamo Juan,
tengo 20 años y soy uno de los marineros que está en el barco de Fernando Magalhães.
Pasado unos meses finalmente empezamos a encontrar barcos en el mar. En ese momento todos pensaron en dos cosas, menos yo. Ellos pensaron que podríamos estar cerca de tierra o entonces que eran barcos para asaltarnos porque era uno de los sitios más peligrosos de Brasil, pero yo además pensé en mi padre que estaba en otro de los cinco barcos que había.
Todos estábamos muy nerviosos por si fuese uno de los barcos piratas que venían a robarnos. Cuando nos acercamos al barco vimos que era un barco de pesca de los que pescaban lejos de las orillas del mar. Yo me quedé más aliviado porque sabía que no iban a robar, entonces mi padre no tendría que luchar y así no habría riesgo de morir-se luchando.
El que estaba en la parte de arriba del mástil fue avisado por el capitán para buscar tierra. António era el que estaba arriba del mástil. Él pasó una hora buscando tierra ,hasta qué entonces gritó “ He visto tierra capitán”. António había visto tierra un poco lejos de donde estábamos pero al menos ya veíamos tierra.
Pasado un día llegamos a tierra no sabíamos si estábamos en Brasil, todos esperábamos que estuviesemos en Brasil porque habíamos tardado bastante en llegar.
Yo fui uno de los primeros en pisar tierra junto con los cinco capitanes de cada barco. Nosotros supimos que estábamos en Brasil porque en cuanto nos instalamos en tierra vinieron unas personas corriendo, gritando unas cosas que no se entendían.
Todos los que estaban en tierra empezaron a correr en dirección a sus barcos a buscar armas para poder combatir con las otras personas que venían corriendo. Nosotros ganamos porque ellos solo tenían palos afilados mientras que nosotros teníamos espadas afiladas.
Cuando derrotamos a todos, que no tardó mucho tiempo, pusimos la bandera en tierra. Empezamos a recoger comida y madera para poder hacer hogueras. Construimos tiendas donde podríamos dormir enquanto estábamos en Brasil. En esa misma noche hicimos una fiesta porque estábamos felices por haber llegado a Brasil y haber conquistado la “bahía de Santa Lucía” . Había sido mucho tiempo en el mar muchos marineros ya estábamos hartos de estar en el mar.
Hacía mucho calor, había mucho viento. En esa parte de Brasil había muchas rocas en el mar. Era muy difícil llegar hasta ahí con los barcos sin provocar agujeros al chocar contra las rocas.
Nosotros conseguimos llegar a tierra con los barcos enteros. Pero todavía tendríamos que salir.

Yo estaba muy feliz por estar ahí sin estar muerto.

Comentarios

Entradas populares de este blog

4C Rubio, Martim. Viaje a Roma

Martín, estando un poco taciturno y ansioso, se encuentra sujeto a sus propios pensamientos, en respecto a Roma, sabiendo de antemano que sería un viaje que no se olvidaría jamás, junto con todos los compañeros que compartió los libros, apuntes, hojas, amistades y alegrias durante toda su vida. Como era muy pronto, no se producía ningún tipo de ruido en su casa, dando la impresión al protagonista de ser la única presencia humana en ella.  Una vez en el aeropuerto, Martín se detiene para observar , visualizando con sus ojos, la diversidad de culturas y conocimientos que los extranjeros de todos los rincones del mundo que pasaban delante suyo atesoraban. Por el otro lado, seguía sin tener la capacidad de asimilar que tras los muchos meses hablando sobre Roma, ya estaban todos listos con el equipaje y preparados para el viaje.     El primer día se puede describir como una jornada energética, comenzando con el grupo por salir a toda prisa del hotel sin haber entrado siquiera en los cuartos

ROMA: ciudad eterna... relatos de realismo al estilo Galdós

Has estudiado el movimiento literario conocido como 'realismo' y ahora es tu turno...  Cuéntanos en un breve texto narrativo, imitando a Benito Pérez Galdós, algo de la realidad de la Roma que tú has visitado. No olvides añadir a tu relato la etiqueta <Galdós> y también AQUÍ SE CREA, e indicar el el título 4A, 4B, 4C. APELLIDO, Nombre

4A Teixeira, Sara - La mujer de la silueta

  Durante la melancólica madrugada de su último día de vacaciones, caminaba cautelosamente por las sombrías calles de su pueblo. Centrada en sus ligeros pasos, ocasionalmente tomaba consciencia de los lejanos murmúrios emitidos por los grupos de jóvenes que, desde la noche anterior, cantaban y bailaban perdidamente por efecto de las exageradas fiestas, comunes en su poblado.   Se paró frente a la puerta de la abandonada clínica médica donde, quince años antes, había nacido ella, robándole la vida a su madre, cuya esencia revivió en su hija. La clínica había cerrado siete años antes, cuando el pueblo vecino anunció la construcción de un moderno hospital que incluiría diversos tipos de servicios necesarios. Sus amigos ya la habían intentado convencer para que entrara con ellos, a ver cómo los trabajadores habían dejado todo atrás, como si la población hubiera sido evacuada, pero ella nunca tuvo valor para hacerlo. A pesar de que estaba totalmente acostumbrada a una vida sin su madre, con