En un texto argumentativo existen dos factores clave: el tema y la tesis. El tema es el asunto en el que se basa todo el texto argumentativo y la tesis es la opinión discutida o defendida en dicho texto. Hay que tener cuidado para no confundirse entre estos dos recursos.
Para apoyar estos factores, principalmente la tesis, no se pueden usar argumentos flojos, sino que debemos usar argumentos y tesis fuertemente comprobados en base de: ejemplos, testimonios o experiencias, cifras y datos, analogías o comparaciones, citas de autoridad, relaciones lógicas…
Suele predominar la función expresiva (que exterioriza los propios sentimientos del autor) y apelativa (que pretende tener una mejor relación con el receptor), aunque también se puede usar la poética, que aparece en las argumentaciones literarias. Los textos argumentativos pueden ser divulgados oralmente (discursos políticos, debates, foros de opinión en persona…) o por escrito (periódicos de opinión, textos humanísticos, foros o debates online...).
En resumen, los textos argumentativos pretenden justificar de una manera razonable al receptor algún tema concreto que se quiera contar.
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