Con la A me asegurabas de que esto era amor
pero, al final, lo que me causabas era dolor.
Con la M, me contabas solamente mentiras
que me las creía mientras las decías.
Con la O, a no hablar me obligabas
y así mantener tus tantos secretos lograbas.
Con la R, me toco ahora mi delgado rostro
y con heridas y cicatrices en mi dejaste tu rastro.
¿estás bien?
ResponderEliminar¡que bonito!
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