Un
día más, Julio pasaba por aquella oscura tienda de alfombras, en la que no
mucha gente entraba. Ese día, Julio pasaba por allí y decidió entrar, para
observar la tienda, al entrar había un olor peculiar que Julio no supo definir.
Estaba toda la tienda repleta de alfombras, por las paredes, techo y suelo. Dentro,
se encontraba la que parecía la jefa de la tienda, era una mujer mayor con
gafas y un sombrero especial, también había una ayudante, que se encargaba de
limpiar los cristales, alfombras, etc. Y además había otra persona, que creo
que era un cliente.
La
tienda era oscura, estrecha pero larga, se podían encontrar todo tipo de
alfombras, había alfombras largas, cortas, grandes, pequeñas… Después de darle
una ojeada a la tienda, Julio le pregunto a la jefa de la tienda cual era la
alfombra más especial que tenían, le dijo que no estaba expuesta al público, y
él le dijo que si podía verla, ella dijo que sí. La jefa le llevo hasta una
puerta grande, bonita, limpia, etc. Julio no esperaba ver esa puerta, dentro, había
una habitación con la alfombra más especial que tenían, le dijo que era una
alfombra traída de Asia, y que no la vendían. Julio al verla quedó impresionado,
en esa alfombra no vio nada especial, le pareció una alfombra normal, de hecho,
le pregunto a la jefa que, si esa era la alfombra especial, ella dijo que sí. Finalmente,
julio salió de la tienda pensando, que detrás de algo muy bonito y elegante por el exterior, en muchas ocasiones puede a ver una cosa tan simple como aquella
alfombra en el interior.
Buen relato, descripciones detalladas y muy realistas, tal como se pedía. Quizá se echa en falta la intención crítica que los escritores realista siempre mostraban. Atención con alguna tilde y, por favor, cambia por en la última línea de tu relato.
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