Sofía, una niña indecisa y a veces un poco extraña, sentada en la parada de bus enfrente a su tienda favorita, no era una tienda cualquiera, cualquier niña de su edad se fijaba en tiendas de ropa, pero ella estaba obsesionada con una tienda de libros de anime. Al rato de estar a la espera, decidió entrar, y para ella fue como si entrara en un gran palacio de Disney. Al entrar por la puerta, se observan baldosas cuadradas en el suelo y una luz fuerte, justo aparece alguien, la encargada que le dijo, “¿Perdone necesita ayuda?”, ella sin razón y un poco indignada porque la habían llamado de usted y tan solo era una niña de 13 años, con cara antipática respondió, “si gracias estaba buscando un libro llamado Naruto”, ella contestó, “claro sígame por favor”.
La llevó, por una parte de la tienda que nunca jamás había visto, ella ni nadie en mi opinión, una parte oculta, pero decidió seguirla, al lado derecho había grandes estanterías de libros por todos lados, y al lado izquierdo, a cada minuto, a cada segundo, veía diversas plantas con olores característicos, ella se estaba dando cuenta de que algo raro pasaba, aunque con confianza no se echaba para atrás, de repente por aquel pasillo estrecho con una luz intensa donde al mirar para el suelo solo se veían hojas y hojas de libros, lo cual resultaba extraño, se escucho un ruido, ella, atenta a los detalles, le pilló desprevenida, un ruido que venía del final del pasillo, como cuando dan con un palo a una fuerte barra de metal, y de un momento a otro, otra vez, se escucha pumm.
¿Qué? ¿Qué ha pasado? dice la niña; se escuchan gritos ”ayuda ayuda”, y una voz aguda se escucha, "tranquilizase, se ha ido la luz, no pasa nada”. No obstante, seguía asustada aunque más tranquila. Después de un rato esperando, en un instante, vuelve la luz, ella ilusionada dice “por fin, por fin” no había nadie, al lado derecho se veía una puerta de hierro fuerte, como aquellas de la cárcel y al izquierdo, nada, literalmente, nada, solo una pared oscura. Una sala totalmente cerrada, en la que solo se escuchaba su propia respiración.
¡Vaya! muy buen relato... da un poco de miedo... pero las descripciones detalladas de la tienda de 'animé' son buenas, con lenguaje valorativo, muy interesante. Quizá se echa de menos algo de crítica, al estilo de los realistas.
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