Los árboles se movían desordenadamente unos contra los otros esas noches, las hojas chocaban contra otras hojas provocando un sonido parecido a las olas del mar. Era un autentico vendaval, la pequeña cabaña a la que llamaba casa, en la que solía pasar el invierno con su hija, su única familia, ya no estaba caliente y acogedora, sino fría y mojada. Juan, sujetaba un saco de plástico sobre su hija Liv, el único objeto impermeable que cubría la mayoría de su cuerpo de la lluvia. Mientras sujetaba, pensaba en el malo padre que es, y a cuanto le quería a Liv y que la pobrecita no merecía esa vida miserable. Esa cabaña de una única habitación muy básica y una cocina limitada, con un conjunto de tenedores y platos de plástico que no estaban muy bien limpios, un fogón pequeño portátil que no solían utilizar por no tener dinero para comprar gas. La supuesta "cama", eran dos colchas por encima de algunas almoadas que pertenecían a los abuelos de Liv cuando eran vivos. Abuelos eses que murieron demasiado temprano. El abuelo fue quien consiguió dinero suficiente para comprar herramientas y clavos para conseguir construir esa pequeña barca. La barca no era muy bonita para nada, tenía clavos para fuera, huecos cubiertos una especie de plastilina blanca que era impermeable. Por poco conseguía mantenerse junta, en una sola pieza de 2x1.5metros que no parece aguantar a más de una persona, y no hundirse. En ella, se observa un compartimiento que contiene todavía las herramientas de la familia. No muy diversas, un martillo, una llave inglesa, un alicate y una regla de 20cm, lo básico.
Desde la ventanilla de la habitación, Juan observa atentamente la casa de campo de los vecinos que queda en la cima del monte. Una casa encantadora pintada de blanco, con unas ventanas muy amplias que dejan pasar la luz, y que en ese momento dejan salir la luz de dentro. Ahí vive una familia de cuatro, los padres, una hija, la mayor, y su hermano. Las ventanas permiten que se vea hacia dentro, ya que no vive ahí más nadie alrededor en un diámetro de al menos 3km, donde está el pueblo de esa zona. Ver a esa familia en la habitación todos juntos y secos le perturba a Juan. No entiende porque un hombre humilde como él tiene que vivir en esas condiciones, mientras otras personas lo tienen todo y aún más. Piensa cómo necesita un coche para ir al pueblo a pedir comida, y llevar Liv al colegio, en vez de tener que ir en una única bicicleta para llegar al pueblo situado en el monte al lado. Recuerda las pocas veces que esa familia cogió los coches e fueron al pueblo. Cómo veía que ellos no dirigían mucho la palabra a la gente, y que no participaba en los eventos del pueblo y la misa del fin de semana. Sospecha que ellos tengan una segunda casa en la ciudad, ya que suele verlos en las vacaciones y fines de semana, y a pesar de no haber visto claramente sus caras en la vida, tiene un supuesto retrato de ellos demasiado detallado.
Juan mira a su hija, lo más precioso y delicado de su vida, y piensa que no la merece y que tiene que protegerla en todas ocasiones. Es consciente que no es un buen padre, que se dedica totalmente a su hija, y mismo con su manía de criar su hija en una burbuja perfecta donde no entienda la situación que están pasando, no consigue dar la vida que su hija merece. Mientras abrazado a Liz, cambia el chip, ahora sabe que a partir de ese mismo momento todo cambiará, conste lo que conste, por Liz.
Buen intento, pero... tenemos algunos problemas importantes: Desde el punto de vista formal, hay bastantes lusitanismos e interferencias con el portugués que deberíamos corregir. Por otra parte, desde el punto de vista de contenido, la tarea era describir un espacio narrativo, un lugar, al estilo realista, imitando a Galdós, pero tú nos presentas tres espacio: cabaña, barca y casa; con lo cual la dificultad para conseguir un buen resultado se multiplica por tres. Te aconsejo que simplifiques y te centres en un único espacio.
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