Gómez.4A_Por cercanía

Ángel está pasando por una calle estrecha, llena de coches y se queja que la mayoría de ellos no se habían movido del sitio hace semanas, para llegar a la tienda. Por fuera de la tienda ve que hay vegetales y frutas tapados con una lona, ya sea para que no las roben o para que no se mojen. Al entrar lo primero en lo que se fija es en lo estrecho que es la tienda y la cantidad de cosas que hay en venta, tiene miedo de pasar porque no quiere tirar nada al suelo con la rodilla o con el codo. Empieza a oír un idioma distinto al suyo que no entiende por la oreja derecha, porque con la otra está escuchando música, gira su cabeza para encontrarse con con el dueño, Muhammad, se asusta al principio porque estaba mal iluminado y no sabía que era una persona, todas las veces que entraba a la tienda lo veía ahí trabajando. Al frente del cajero, donde se encuentra el dueño, y a la izquierda de la entrada ve un una estantería alta de acero, no tenía saladas, ni comida sana, sino que solo veía patatas fritas. En cuanto da tres pasos más hacia el frente se choca con otra estantería, pero esta es azul, estaba repleta de cosas, con esas cosas que solo compra porque le apetece comer algo dulce y no sabe qué escoger y,sin querer le dio una patada a una lata de conserva, de aquellas que solo compra por si acaso, a su derecha se dio cuenta de que habían dos estanterías torcidas de manera, en las que solo veía bolsas de basura, bolsas de plásticos, paños de cocina… todo cubierto de plástico, debajo de eso observó un gran frigorífico con tan solo tres tipos diferentes de helados y al lado de este miles de botellas de agua. Da tres pasos más hacia el frente y se encuentra en frente de una pared repleta de bebidas gaseosas y alcohólicas, en una parte de la pared ve un marco de puerta pero que en vez de tener una puerta tiene una cortina de baño, se dio cuenta de que había un cuarto tras el marco de la puerta, a lo que se imaginó que vivieran ahí los dueños de la tienda, ya que se oían los dibujos animados, estos en un idioma que sí reconocía. Por último, Ángel pasa por el último pasillo de la tienda, que está entre la estantería azul en la que se había chocado y veía tablas de maderas tapando las vistas de la tienda, pero por lo que podía ver en la calle solo veía a personas encorvadas o a personas pegadas al móvil deseando llegar a casa, las tablas estaban repletas de diversos alimentos, como harina, azúcar, alimentos extranjeros, y como no, más patatas fritas y más dulces. Ángel ya ha encontrado lo que su madre le había pedido para que comprara, y con una mirada de alivio Ángel coje la harina, va hacia al cajero, donde estaba el dueño de la tienda y se quita el auricular, como la mayoría de personas jóvenes que iban a la tienda, le entrega la harina al cajero y le dice cuanto cuesta, pero no entiende lo que le dice por lo que dice: ‘Diga’, pero el dueño se lo repite y sigue sin entenderlo, y con una cara de enfadado Ángel se quita el otro auricular y dice: ‘Perdone’, ahora si que le había entendido, por lo que prosigue a pagar y a salir de la tienda para llegar a casa donde le espera su madre y su cuarto donde nadie le podrá juzgar.