Primo. 4B. La Camarera

 Eran las nueve y media, Sabrina se preparaba para salir de casa para ir a su trabajo como camarera de mesa. Era un trabajo aburrido, cansino y repetitivo que a Sabrina no le gustaba, pero ella no tenía más opciones. Mucha gente pensaba que Sabrina había sido una persona a la que le daba igual el estudio académico y por eso acabo trabajando en un sitio como ese, pero la verdad es que después de formarse en psicología cambió de país con la expectativa de encontrar ofertas de trabajo ahí, pero, desafortunadamente, no encontró ningún trabajo y ahora estaba en un país que no conocía bien y necesitaba una manera de recibir dinero para sostentarse.

Cada vez que ella mencionaba su trabajo a algún conocido o amigo cuando estaban todos hablando de su día ellos le miraban con una cara de pena pero también de superioridad, se creían más capaces e inteligentes que ella. Nunca lo admitían, claro, pero sus miradas en los ojos y sus acciones lo mostraban todo. Un día dos de sus 'amigos' estaban haciendo un chiste de los políticos de la actualidad y ella les pide si lo podrían repetir pues ella no estaba atenta. Los dos se miraron uno al otro, se rieron, y uno dijo: ''Da igual Sabrina, que seguramente tampoco lo entenderías.'' Ella no les respondió, solo les quedó mirando desilusionada.

Cuando llega a su trabajo es siempre saludada con un algún cliente preguntando si hay alguna mesa libre y ella le tiene que explicar que acaba de llegar y no está segura, lo que deja el cliente insatisfecho. El restaurante suele estar lleno, es bastante grande con muchos sofás y mesas, tiene un palco donde los sábados y domingos por la noche hay un show de 'stand-up-comedy', eso fue lo que hizo ese restaurante tan conocido. Hay algunos clientes habituales pero también siempre hay caras nuevas. Hoy había una mesa de diez personas llena de hombres y mujeres vestidas con ropa muy elegante. Parecían estar apresados pues nunca paraban de mirar a su reloj y siempre estaban preguntando cuando llegaría su comida, eran muy impacientes y creían que tenían más derecho de ser servidos que los demás. Sabrina fue quien les tuvo que servir, le hablaron de malos modos pero ella ya estaba acostumbrada que las personas le tratasen así porque, al final del día, ella era apenas una simple camarera.