Entró por la puerta, se giró hacia tras para sacar las llaves de la roñosa cerradura, la cual se encontraba en la antigua puerta de madera, con la pintura blanca sucia, bastante resquebrajada para el tiempo que llevaba en su domicilio. Al instante lo sintió, sintió ese intenso y febril escalofrío el cual sentía desde lunes a viernes, siempre que llegaba a casa. No podía parar de pensar, pensar en que mientras de un paso más en ese suelo de madera podrida crujiente, iba a escuchar esa voz traumatizante e inolvidable que causara el inicio de lo que no podía sacar de la cabeza mientras trabajaba en su pequeña secretaría en el enorme escritorio. Y así lo hizo, dio un paso despacio y silencioso, estaba bastante nerviosa aunque era habitual que ella tuviera que pasar por esa situación. El se encontraba tumbado en el sofá con esa manta naranja llena de suciedad, la cuál seguro que no fue nunca a la lavadora y con la cerveza en la mano. Le miro con esa mirada profunda, y le llamo para que se sentase junto a el. Ella temblaba, pensaba siempre que podría pasar si negase , o que dijera que se encontraba mal, pero al fin y al cabo siempre ocurría lo mismo, se sentaba en ese sofá movedizo cerca de su marido que olía a alcohol y no se duchaba hace semanas. Se podía ver la suciedad negra en su cuello, y el sudor en sus brazos junto al aroma de tabaco en su camiseta. Le daba asco y estaba cansada de tener que escucharle todas las noches, sabía que no podía hacer nada porque si lo intentaba, el día siguiente iría al trabajo con marcas rojizas y moradas en la piel , o en la cara, dependiendo de donde le golpease. Pero no sería la primera vez, basta con que esta le niegue irse a acostarse con el, le subía el efecto del alcohol y no aguantaba la intensa rabia que pasaba en ese instante por su cabeza, y lo libertaba todo en ella. Prefería dormir en la habitación de las visitas, a pesar de que fuese mas pequeña, Ana se sentía más cómoda ahí.
Martín, estando un poco taciturno y ansioso, se encuentra sujeto a sus propios pensamientos, en respecto a Roma, sabiendo de antemano que sería un viaje que no se olvidaría jamás, junto con todos los compañeros que compartió los libros, apuntes, hojas, amistades y alegrias durante toda su vida. Como era muy pronto, no se producía ningún tipo de ruido en su casa, dando la impresión al protagonista de ser la única presencia humana en ella. Una vez en el aeropuerto, Martín se detiene para observar , visualizando con sus ojos, la diversidad de culturas y conocimientos que los extranjeros de todos los rincones del mundo que pasaban delante suyo atesoraban. Por el otro lado, seguía sin tener la capacidad de asimilar que tras los muchos meses hablando sobre Roma, ya estaban todos listos con el equipaje y preparados para el viaje. El primer día se puede describir como una jornada energética, comenzando con el grupo por salir a toda prisa del hotel sin haber entrado siquiera en los cuartos
A este relato le falta un título propio, original el que tú inventes. Es un buen relato, pero me gustaría ver con más claridad la descripción del espacio de forma realista y con intención crítica. Atención con algunas palabras que son falsos amigos : mesa, escritorio; en cambio : despacho. Atención también con las tildes diacríticas porque su ausencia confunde a lector: Él, qué podría pasar,
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