Ir al contenido principal

Feijoo. 4A. El mercado de cunyats

 Era mañana de lunes, nublado, se escucha de fondo el mar, bajando la colina entró Paco Zafio por las puertas del mercado, estas eran de un material barato, probablemente chapa,

mientras caminaba por el frío, mojado suelo del mercado, llega al puesto del señor de la fruta, un hombre calvo, vestía camiseta roja con varios patrocinios, probablemente es aficionado al fútbol, es también un señor de gran envergadura, comentan el partido del día previo:

-Ese arbitro no vale nada,viste esa falta?

-No era penalti.

-Si que lo era.

-Mira, por que sea de otro club no significa que aquello no fuera penalti- comenta Paco.

En ese momento pasa por ese mercado una mujer joven, probablemente extranjera por su vestimenta poco adecuada a la moda local, en ese momento se giran los varios hombres, que no se percatan de que es extranjera y se ponen a gritar:

-Puerca!,Verraca!, que no te importaría acostarte conmigo, impúdica.

Esta mujer simplemente no se percata de lo ocurrido y se va de la misma manera en la que aparece,dirigiéndose a la pescadería, en ese momento, vuelve la tertulia, pero en este caso, se discute acerca de aquella mujer,pero Paco decide intervenir:

-No creo que hayamos hecho lo correcto, la mujer es extranjera,probablemente se habrá sentido incomodada con ello.

-Calla ya, nenaza, ni machismo ni feminismo, igualismo- le responde uno de los hombres que intervenía en la tertulia.

En esto decide Paco dejar el puesto de la fruta, un poco desconcertado con la intervención de esos hombres hacia esa mujer, deja la tertúlia ya con dos sacos que llevaban manzanas,peras y una papaya.Mientras se dirige a la carnicería se hacen notar las rugosas y ya sucias y que llegaron a ser blancas paredes del mercado.

Paco Zafio había sido un bancario reputado, llegó a llevar las cuentas de gente importante.

Aunque su rechazo a la privatización del banco donde trabajaba le llevaría al despido, acabando por bajar de medio, ahora teniendo que reunirse con los cuñados del mercado de cunyats y no con lo glamuroso que acostumbraba a mediarse.


Comentarios

Entradas populares de este blog

4C Rubio, Martim. Viaje a Roma

Martín, estando un poco taciturno y ansioso, se encuentra sujeto a sus propios pensamientos, en respecto a Roma, sabiendo de antemano que sería un viaje que no se olvidaría jamás, junto con todos los compañeros que compartió los libros, apuntes, hojas, amistades y alegrias durante toda su vida. Como era muy pronto, no se producía ningún tipo de ruido en su casa, dando la impresión al protagonista de ser la única presencia humana en ella.  Una vez en el aeropuerto, Martín se detiene para observar , visualizando con sus ojos, la diversidad de culturas y conocimientos que los extranjeros de todos los rincones del mundo que pasaban delante suyo atesoraban. Por el otro lado, seguía sin tener la capacidad de asimilar que tras los muchos meses hablando sobre Roma, ya estaban todos listos con el equipaje y preparados para el viaje.     El primer día se puede describir como una jornada energética, comenzando con el grupo por salir a toda prisa del hotel sin haber entrado siquiera en los cuartos

ROMA: ciudad eterna... relatos de realismo al estilo Galdós

Has estudiado el movimiento literario conocido como 'realismo' y ahora es tu turno...  Cuéntanos en un breve texto narrativo, imitando a Benito Pérez Galdós, algo de la realidad de la Roma que tú has visitado. No olvides añadir a tu relato la etiqueta <Galdós> y también AQUÍ SE CREA, e indicar el el título 4A, 4B, 4C. APELLIDO, Nombre

4A Teixeira, Sara - La mujer de la silueta

  Durante la melancólica madrugada de su último día de vacaciones, caminaba cautelosamente por las sombrías calles de su pueblo. Centrada en sus ligeros pasos, ocasionalmente tomaba consciencia de los lejanos murmúrios emitidos por los grupos de jóvenes que, desde la noche anterior, cantaban y bailaban perdidamente por efecto de las exageradas fiestas, comunes en su poblado.   Se paró frente a la puerta de la abandonada clínica médica donde, quince años antes, había nacido ella, robándole la vida a su madre, cuya esencia revivió en su hija. La clínica había cerrado siete años antes, cuando el pueblo vecino anunció la construcción de un moderno hospital que incluiría diversos tipos de servicios necesarios. Sus amigos ya la habían intentado convencer para que entrara con ellos, a ver cómo los trabajadores habían dejado todo atrás, como si la población hubiera sido evacuada, pero ella nunca tuvo valor para hacerlo. A pesar de que estaba totalmente acostumbrada a una vida sin su madre, con