En mi visita a Pamplona, me encontré con una pequeña ciudad llena de belleza de sus antiguas murallas d y calles empedradas del antiguo Reino de Navarra. También me fije en sus habitantes, orgullosos de su tradición y cultura tourina que se entregan con pasión a las fiestas de San Fermín, donde los toros corren por las angostas calles y los corredores valientes buscan la adrenalina. El aroma de los pinchos y el sabor del vino navarro llenan los bares mesones y tabernas, creando un ambiente festivo y acogedor. Pamplona, envuelta en los misterios de sus leyendas y la fuerza de su historia, es un lugar que cautiva el corazón y el espíritu de cada persona que pasa por allí.
Martín, estando un poco taciturno y ansioso, se encuentra sujeto a sus propios pensamientos, en respecto a Roma, sabiendo de antemano que sería un viaje que no se olvidaría jamás, junto con todos los compañeros que compartió los libros, apuntes, hojas, amistades y alegrias durante toda su vida. Como era muy pronto, no se producía ningún tipo de ruido en su casa, dando la impresión al protagonista de ser la única presencia humana en ella. Una vez en el aeropuerto, Martín se detiene para observar , visualizando con sus ojos, la diversidad de culturas y conocimientos que los extranjeros de todos los rincones del mundo que pasaban delante suyo atesoraban. Por el otro lado, seguía sin tener la capacidad de asimilar que tras los muchos meses hablando sobre Roma, ya estaban todos listos con el equipaje y preparados para el viaje. El primer día se puede describir como una jornada energética, comenzando con el grupo por salir a toda prisa del hotel sin haber entrado siquiera en los cuartos
Luis, el relato es cortísimo... y parece que nos hemos olvidado de las instrucciones 'imitar el estilo de Galdós', es decir, inventar un relato al estilo del realismo: descripciones detalladas de personajes y ambientes, narrador omnisciente...
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