Ir al contenido principal

4B Del Río, Elena. Barrio Trastévere

BARRIO TRASTÉVERE  

  Después de tres días descubriendo Roma, un poco emocionada por toda la historia que había respirado en las calles de la antigua ciudad y pensando que su aventura romana terminaba,  decidió junto con sus amigos, ir a visitar el barrio del  Trastévere,  a pesar del cansancio acumulado de tantos días recorriendo a pie la ciudad milenaria.

Para llegar al barrio del Trastévere el juvenil grupo caminó a la orilla del rio Tiber que circulaba sereno. Sus aguas no invitaban al baño pero transmitían un sosiego parecido al de las vacaciones y días tranquilos, que acompañó los pasos de los estudiantes hasta su destino.

Al llegar al barrio del Trastévere el grupo se encontró con un laberinto de calles estrechas y sinuosas con fachadas color tierra, arcilla y mezcla de amarillos, que junto con la vegetación en flor y el día luminoso inspiraba alegría y animaba al cansado grupo a continuar explorando como si el cansancio se hubiera esfumado.

Una vez descubierto el barrio y ya con un agujero en el estómago, que producía indecorosos rugidos de barriga, causados por el hambre, el grupo decidió entrar en el restaurante que más encanto tenía. El restaurante estaba compuesto por una sala y una terraza donde se sentaron a la sombra de unas sombrillas claras adornadas con bombillas y macetas con geranios, pensamientos y margaritas, que  alegraban la estancia. Allí, dieron buena cuenta de unas estupendas pizzas y pastas variadas. Los simpáticos camareros pusieron música española en honor a ellos. Y disfrutaron de una magnifica velada donde repusieron energías para acabar su viaje.

Para terminar con su experiencia culinaria descubrieron una pequeña y diminuta heladería llamada Fior di Luna en la que un joven y orgulloso heladero les sirvió unos conos con el mejor helado que hubieran comido en sus jóvenes vidas. Aunque esta valoración nunca sabrán si fue causa de la magia del viaje que estaban a punto de finalizar.

Comentarios

  1. Buen relato narrativo al estilo del realismo. Buen narrador omnisciente y buena descripción de personajes.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

4C Rubio, Martim. Viaje a Roma

Martín, estando un poco taciturno y ansioso, se encuentra sujeto a sus propios pensamientos, en respecto a Roma, sabiendo de antemano que sería un viaje que no se olvidaría jamás, junto con todos los compañeros que compartió los libros, apuntes, hojas, amistades y alegrias durante toda su vida. Como era muy pronto, no se producía ningún tipo de ruido en su casa, dando la impresión al protagonista de ser la única presencia humana en ella.  Una vez en el aeropuerto, Martín se detiene para observar , visualizando con sus ojos, la diversidad de culturas y conocimientos que los extranjeros de todos los rincones del mundo que pasaban delante suyo atesoraban. Por el otro lado, seguía sin tener la capacidad de asimilar que tras los muchos meses hablando sobre Roma, ya estaban todos listos con el equipaje y preparados para el viaje.     El primer día se puede describir como una jornada energética, comenzando con el grupo por salir a toda prisa del hotel sin haber entrado siquiera en los cuartos

ROMA: ciudad eterna... relatos de realismo al estilo Galdós

Has estudiado el movimiento literario conocido como 'realismo' y ahora es tu turno...  Cuéntanos en un breve texto narrativo, imitando a Benito Pérez Galdós, algo de la realidad de la Roma que tú has visitado. No olvides añadir a tu relato la etiqueta <Galdós> y también AQUÍ SE CREA, e indicar el el título 4A, 4B, 4C. APELLIDO, Nombre

4A Teixeira, Sara - La mujer de la silueta

  Durante la melancólica madrugada de su último día de vacaciones, caminaba cautelosamente por las sombrías calles de su pueblo. Centrada en sus ligeros pasos, ocasionalmente tomaba consciencia de los lejanos murmúrios emitidos por los grupos de jóvenes que, desde la noche anterior, cantaban y bailaban perdidamente por efecto de las exageradas fiestas, comunes en su poblado.   Se paró frente a la puerta de la abandonada clínica médica donde, quince años antes, había nacido ella, robándole la vida a su madre, cuya esencia revivió en su hija. La clínica había cerrado siete años antes, cuando el pueblo vecino anunció la construcción de un moderno hospital que incluiría diversos tipos de servicios necesarios. Sus amigos ya la habían intentado convencer para que entrara con ellos, a ver cómo los trabajadores habían dejado todo atrás, como si la población hubiera sido evacuada, pero ella nunca tuvo valor para hacerlo. A pesar de que estaba totalmente acostumbrada a una vida sin su madre, con