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4B.Puertas.Chloé

 Era una bonita tarde nublada de abril, donde cuatro amigos estaban paseando libremente por las preciosas calles de Roma. Tommy era muy gracioso e hizo reír a sus amigos durante todo el viaje; Misercordi era demasiado buena con los demás; Pedrusco simplemente era Pedrusco, y por último, Revelda que hacía lo que le daba la gana. Estos cuatro amigos estuvieron paseando por Roma durante un buen tiempo; vieron el hermoso y característico coliseo, con sus detalladas columnas bordadas con dibujos y decoraciones; el precioso foro romano, con todas esas estructuras antiguas y toda la historia que tiene; la fontana di Trevi con esos magníficos seres vivos esculpidos a los lados de la fuente, y el agua tan sumamente cristalina con muchas monedas negras en la parte más honda de esta. Habían estado todo el día andando por esas aceras desde que el sol salió hasta que el sol se empezó a esconder, así que decidieron parar en un sitio a comerse un delicioso y refrescante helado. 

La fachada del sitio era hermosa, como casi toda Roma, tenía un toldo precioso donde ponía el nombre del sitio, tenia tambien una vitrina con una gran variedad de helados y colores, una máquina para granizados con también distintos sabores y una máquina de algodón dulce al fondo del lugar. Cuando estaban a punto de pedir los helados a Doña Encarnación se le cayó la vitrina al intentar abrirla para servirles los helado, ya que había tenido una jornada muy dura y estaba muy cansada y lo ultimo que le apetecía era atender a un grupo de adolescentes, y como es normal los cuatro adolescentes que estaban detrás del mostrador se empezaron a reír por lo bajo y a Doña Encarnación no le gustó la situación, así que procedio a hecharles una mirada de odio a cada uno de los individuos. Primero pidió Tommy un riquísimo helado de frambuesa y mango en un cono de chocolate, y este pensó que era el mejor helado que había probado en toda su vida, y seguidamente Revelda pidió un helado en una tarrima de pistacho y nocciola, y entonces llego una amiga de los cuatro, la italiana. Cuando de repente Revelda se dio cuenta de que la dependienta le había dado un helado de pistacho y strachatella así que volvió al puesto con la italiana para que le traduzca. Entonces cuando le explican la situación a Doña Encarnación ella dice que no, que había dicho strachatella y no nocciola, entonces mientras la italiana y la dependienta discuten en italiano, Revelda va a hablar con su superior ya que Doña Encarnación no le quería cambiar el helado. Así que, mientras Revelda habla con el superior, la dependienta va y se mete en la conversación; y empieza a decir que Revelda era una mentirosa, y entonces Revelda se dijo a sí misma que se vengaría poniendo una mala reseña en el sitio web. Y entonces para que no hubiesen más problemas el superior le cambió el delicioso helado a Revelda, y después de este pequeño y ligero altercado, esos cuatro, que hora eran cinco, adolescentes siguieron su rumbo hacia el hotel. 

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