Había una vez un pequeño explorador llamado Lucas, un día, mientras paseaba por un bosque encantado, se encontró con una mariposa de colores brillantes que volaba como un sueño en el aire fresco.
Lucas, con su ajena curiosidad, la siguió hasta llegar a un rincón del bosque donde las flores bailaban al ritmo de una brisa suave. Allí, entre la luz dorada del atardecer, descubrió un pequeño lago.
De repente, una risa sonó en el aire, y Lucas se dio vuelta para encontrarse con una niña llamada Isabella.
Se hicieron amigos y juntos, exploraron el bosque, recogiendo flores y compartiendo risas que sonaban como melodías de felicidad.
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