Resplandecer oculto
Vivimos con el amanecer azotado, herido
reprimidos del embarazo
forzados a cantar con lo muerto.
Nuestros pensamientos enfermos por el mundo
pero sin tener ese lujo.
Nacemos encadenados a las paredes de lo justo
sin romper las barreras de lo lógico.
La fachada oculta tras los días
enganchados como marionetas a lo usual
sin salir por la puerta de la realidad.
Oleaje resquebrajado a la sinfonía de la muerte
lo bueno, lo nuevo, enterrados.
Mayordomos de la deidad incessantes por sangre
nuestros caudillos, asesinos.
Al estilo de la poesía social
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